Bellas artes

"Una vez le preguntaron a un derviche qué buscaba, después de haber vagado tanto tiempo por la tierra, qué quería encontrar? Él respondió: "Yo mismo, lo que hay en mí". Y no sin razón, todo artista como un derviche (vagabundo) traslada al lienzo sus recuerdos de lo que ve y revela su mundo interior.

Por ejemplo, hace muchos miles de años la gente que vivía en el suelo de Uzbekistán expresaba sus pensamientos pintando personas y animales en rocas y paredes de cuevas. Así surgieron los petroglifos, progenitores de las bellas artes.

Con el paso del tiempo, de la época, las pinturas murales empezaron a aparecer en la decoración y ornamentación de palacios señoriales, mausoleos, y con la llegada del Islam a Uzbekistán los hogares empezaron a ser decorados en forma de ornamentación, patrón y caligrafía.

Desde principios del siglo XIV apareció en Oriente un nuevo tipo de arte pictórico, la miniatura, pequeños cuadros de colores que se convirtieron en un elemento único de decoración de viviendas, palacios, mausoleos e incluso libros, todo ello excepto los objetos religiosos.

Kamollidin Bekhzod, Ahmad Donish, Usto Mahmum, no sé qué más hicieron una gran contribución al desarrollo de las bellas artes de la Edad Media y el Renacimiento uzbecos.

A principios del siglo XX, las artes plásticas uzbekas estuvieron muy influenciadas por los artistas rusos, los vanguardistas y los muralistas. Algunos artistas estaban tan entusiasmados con Uzbekistán que se quedaron en esta bendita tierra para siempre, y algunos incluso abrazaron el Islam. Pavel Benkov, Chingiz Akhmarov, Alexei Volkov, Alexei Nikolaev y Usto Mumin - sus obras pueden verse en el mundialmente famoso Museo I. Savitsky Karakalpak de Nukus, el Museo de Arte de Tashkent y la Galería de Bellas Artes de Tashkent.

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