Cueva de Teshik-Tash en las montañas de Baysun

Uzbekistán es un verdadero tesoro para arqueólogos e historiadores de todo el mundo. Años de investigación por parte de los científicos y hallazgos únicos han confirmado repetidamente que nuestra patria estuvo habitada por personas en los albores del desarrollo humano, por ejemplo, durante las Edades de Piedra y de Bronce.

Si se encuentra en la región de Surjandariadarya y pasa por la ladera sur de Baysun, no deje de visitar la famosa cueva y gruta de Teshik-Tash.

No lejos de los acantilados de mármol de Baysun, en el paso del desfiladero de Zovtalashsay, hay una enorme roca con un gran agujero, que la población local ha apodado Teshik-Tash, que significa "piedra del agujero". A una altitud de 1.550 metros sobre el nivel del mar, desde la cima de las montañas se puede ver la estepa de Karshi y una gran carretera que lleva al pueblo de Derbent. Si baja por este camino puede llegar a la famosa gruta de Teshik-Tash. El lugar es famoso por el descubrimiento de los restos de un niño neandertal de 9 años y de animales antiguos, cuernos de cabra, restos de un caballo salvaje y un leopardo, por parte de los científicos en la década de 1930. Cerca de allí se encontraron herramientas y utensilios que se remontan a la Edad de Piedra.

Durante los años de la guerra, los científicos (la escuela del académico M.E.Masson y G. Pugachenkova) hicieron un verdadero avance en el campo de la arqueología aquí, y después de un tiempo se demostró que los restos pertenecían a una niña de 8-9 años. Los esfuerzos del erudito antropólogo M.M. Gerasimov llevaron a la reconstrucción de la imagen de una niña neandertal a partir de cero, que puede verse en el Museo Arqueológico de Termez. Los cuernos de íbice y otros restos de animales encontrados alrededor del lugar de enterramiento demuestran que los funerales se realizaban en un ritual especial con cánticos y sacrificios.

En la actualidad, Teshik-Tash es uno de los santuarios arqueológicos más singulares de Uzbekistán. El pintoresquismo de la zona, que conserva la cultura milenaria de nuestro país, resulta sorprendente a la vista.

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