La sabiduría a través de los tiempos. Abu Ali Ibn Sina

"La ociosidad y el ocio no sólo dan lugar a la ignorancia, 

son al mismo tiempo la causa de la enfermedad.

(Abu Ali Ibn Sina)

Durante más de diez siglos, el nombre de Abu Ali Ibn Sina ha figurado entre los pensadores y eruditos inmortales del mundo. Es el principal representante de las principales figuras e iluminadores de Asia Central. Naturalista y matemático, filósofo y médico, crítico literario y poeta: no son unos cuantos individuos, es una sola persona!

La contribución de Ibn Sina a la ciencia y la cultura es innegable. Poseía conocimientos enciclopédicos y realizó descubrimientos en diversas ciencias. El valioso legado de Abu Ali Ibn Sina ocupa un lugar importante en la historia del desarrollo de la civilización mundial.

El pequeño asentamiento de Afshanah, a 30 km de Bujara, es el lugar de nacimiento de Ibn Sina. Aquí, en 980 nació un niño llamado Hussain. Se sabe que desde una edad temprana el futuro científico demostró unas capacidades y un talento extraordinarios. El padre de Hussein, Abdullah, de cinco años, lo llevó a Bujara para que su hijo recibiera una buena educación. Allí, Husein aprendió árabe y a los 10 años ya se sabía el Corán de memoria. El muchacho dominaba con éxito ciencias como la aritmética, la jurisprudencia islámica y la geometría.

En su autobiografía, el erudito recordó una visita a Bujara del famoso erudito Abu Abdullah Nathili, que le dio lecciones de lógica y filosofía. Pero a partir de los 14 años, Husain comenzó a estudiar por su cuenta astronomía, metafísica, geometría y luego medicina. A la edad de 16 años, el joven consiguió dominar la ciencia de la medicina de forma tan completa y profunda que los eminentes médicos de la época buscaron su consejo. Un día, el propio emir de Bujara se dirigió a él para pedirle ayuda.

Ibn Sina aprendía geometría, astronomía y música durante toda la noche con gran celo y pasión. Sobre todo, amaba la medicina. Conocía bien las obras de los antiguos filósofos y científicos griegos, entre ellos los nombres de Hipócrates, Platón y Aristóteles.

Ibn Sina había escrito su obra filosófica "Estudios sobre las facultades mentales" a la edad de 17 años. Quién iba a pensar que el joven podía hablar con tanta madurez de los significados ocultos. A los 21 años, el erudito escribió Al-Majmul, en el que comparte sus ideas sobre la poética, la retórica y otras ciencias.


En 1005, Ibn Sina se traslada a Corasmia. Después de siete años, se traslada a Jurjan, y luego a las ciudades de Jorasán e Irán. En Jurjan, Ibn Sina comenzó a trabajar en su famosa obra en varios volúmenes "El canon de la medicina". Sobre todo, Ibn Sina quería que la ciencia de la medicina se popularizara ampliamente. La obra sigue siendo relevante hoy en día. Cada vez con más frecuencia, médicos y científicos de todo el mundo se refieren a las conclusiones científicas de Ibn Sina. Al fin y al cabo, sus ideas siguen siendo tan relevantes como antes. Por ejemplo, el académico escribió que es mucho más importante prevenir la enfermedad que curarla:


La lista de síntomas no es insignificante, 

Ya los he descrito en detalle,

Y lo diré de nuevo: Traten la causa. 

El principio fundamental de nuestra medicina es éste.


Ya en vida, Ibn Sina se convirtió en una celebridad. En Europa se le conocía como Avicena (la pronunciación latina de su nombre). Avicena dejó un enorme legado de medicina, libros de lógica, física, matemáticas y otras ciencias. Escribió más de 450 obras, de las que se conservan unas 240.

Ibn Sina murió el 24 de junio de 1037. No cabe duda de que el legado de Avicena es un precioso regalo para las generaciones no sólo de hoy, sino para todas las generaciones venideras, al menos durante varios siglos.

Un comentario

1

teşekkür ederiz

Setiv | 08.02.2023

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